Si el pterigión crece a un tamaño suficientemente grande como para causar problemas, el oftalmólogo probablemente le recomiende someterse a una cirugía para extirparlo. Una vez que el pterigión es extirpado, el cirujano puede trasplantar un trozo delgado de tejido normal en la zona afectada. Esta técnica ayuda a disminuir las probabilidades de que vuelva a crecerle un pterigión.
La mejor manera de impedir que le vuelvan a salir la pingüécula y el pterigión es evitando la luz solar, la sequedad y el polvo.